Junto con el comienzo del otoño y el fin de la época de lluvias, llega el momento propicio para encarar una larga travesía por el Monte Impenetrable, una aventura que irá tomando color a medida que avancemos hacia el Oeste, siendo la parte salteña, las más inhóspita y olvidada.

Es un viaje en el que no hay caminos definidos debido al periodo de lluvias que suelen alterar el paisaje, principalmente cuando se dan los desbordes del gran Bermejo. Por tal motivo, muy probablemente debamos ir haciendo camino al andar, pudiendo llegar a tener que cambiar el rumbo más de una vez y poniéndonos a prueba como equipo, ya que será la única manera de llegar al destino.

Una vez ingresados en territorio salteño comenzará la parte más agreste de la expedición, debiendo asegurarnos antes del atardecer el mejor lugar para acampar, para poder reorganizarnos, preparar la merecida cena y descansar para encarar la próxima etapa.

Es así como también iremos compartiendo nuevas y distintas experiencias con la naturaleza y con las comunidades de la zona, entre las que habitan los Wichis y los criollos.

A medida que nos adentramos en esta travesía desafiante, la incertidumbre se convierte en nuestra compañera constante. Sin senderos claros y con obstáculos naturales impredecibles, cada paso exige adaptabilidad y cooperación. 

¡Como siempre decimos, está todo preparado, solo falta arrancar!